martes, 28 de abril de 2015

Una no es pecado , más si

En esta ocasión no nos iremos muy atrás en el tiempo, nos vamos al 1975...  ¡Que año! Muchos esperaban el fin en este año, pero no vamos a hablar  en esta entrada sobre este error. En este año de 1975 se tomó en una sesión del Cuerpo Gobernante concretamente el 11 de junio, una importante decisión para un grupo de personas.
Allí se decidió que los hemofílicos podían aceptar tratamientos que incluían  partes del tejido sanguíneo (como el Factor VIII, con propiedades de coagulación) para controlar hemorragias con desenlace fatal. Anterior a esa fecha estos enfermos solo podían aceptar ésta medicación una sola vez. Así que muchos murieron por no poder repetir.
Esto lo explica muy bien nuestro hermano Raymond Franz, el dice así en su libro " Crisis de Conciencia" :

Durante muchos años la contestación a las preguntas que los hemofílicos enviaban a las oficinas centrales de la organización o a las sucursales era que, si era cuestión de una única vez, el aceptar tales partículas se consideraba permisible, como si se tratara de un tratamiento con “medicación”. Pero, si se hacía eso mismo más de una vez, entonces era considerado como un “alimento” a base de aquellas partes de la sangre y, en consecuencia, se estaría violando el mandato bíblico de abstenerse de sangre.

Menos mal que cambiaron esta norma... pero ahora se encontraban en una situación bastante embarazosa. Seguimos con la explicación de Raymond...

Los miembros de las oficinas centrales dedicados a contestar la correspondencia eran conscientes de que en el pasado habían enviado cartas con instrucciones opuestas y que los hemofílicos que habían hecho uso de la “única vez” permitida para inyectarse aquellas fracciones de la sangre podían continuar influenciados al grado de que al inyectarse otra vez temieran estar violando el mandato bíblico. Podrían exponerse a morir desangrados por mantener esa posición. La administración era contraria a exponer de manera impresa la nueva postura, ya que tampoco la posición anterior lo había sido, puesto que tan sólo se trataba de comunicación directa con las personas que habían solicitado información. 

Esto es lo que ocurrió , la administración prefería guardar  silencio , no quería publicitar su gran error. Así que tuvieron que buscar todas las cartas de los que habían pedido instrucciones al respecto. Y  escribirles uno por uno para informarles sobre este cambio. Pero había otro problema, y es que se dieron cuenta que muchos no escribieron sino llamaron por teléfono. 
Pero mejor que nos lo explique Raymond...

Luego se dieron cuenta de que muchas preguntas habían sido hechas por teléfono y no quedaba constancia de aquellas llamadas y no tenían medios para saber a qué hemofílicos les habían trasladado la información obsoleta. Si, en el ínterin, entre la posición ya abandonada y el nuevo criterio, alguno de ellos había muerto, no tenían medio de saberlo. Si algunos con los que no pudieron entrar en contacto hubieran muerto por mantenerse fieles a la vieja norma vieja, tampoco lo sabrían. Sólo eran conscientes de haber seguido instrucciones en obediencia leal a sus superiores en la organización. Este cambio en la normativa se llevó a cabo oficialmente en la sesión del Cuerpo Gobernante del 11 de junio de 1975. Pero no fue sino hasta tres años después, en La Atalaya del 1 de noviembre de 1978 (The Watchtower del 15 de junio de 1978), cuando finalmente se publicó de manera impresa, si bien expuesto de una manera un tanto oscura y, por alguna extraña razón, junto al asunto de las inyecciones de suero para combatir las enfermedades (en tanto que la hemofilia no es una enfermedad, sino un defecto hereditario). Pero no acababa de representar un reconocimiento pleno de que se trataba de un cambio de la doctrina anterior con relación al uso múltiple de fracciones de sangre por los hemofílicos.

¿Como se debieron sentir los familiares de los fallecidos cuando se cambió esta norma?- ¿Que hubieses pensado tu? Quizás algunos pensaron que¿ por que Dios no les arrojó luz al Cuerpo Gobernante mucho antes sobre  este asunto? Se habrían salvado muchas vidas. Pero la culpa no la tiene Dios,  ¿no os parece?